lunes, 12 de enero de 2009

Edinburgo

Veo mi rostro en el charco
y solo atiné a ver en mis ojos
el negro color de la tristeza

Y ese tenso musculo q recorre mi mejilla
q despide la amargura de esos labios
al hablar del amar q una vez mas le doliò

y las lagrimas son sal

y las palabras olas

talves algunas lleguen al oceano
pues la mirada ya no tiene fuerza para mirar